Ejemplo de perseverancia, liderazgo y capacidad de responder ante la adversidad en cada oportunidad, Luis Suárez no es el único goleador histórico del selección uruguaya, pero también uno de los grandes ídolos del país. Abandono de un equipo que disputó cuatro mundiales consecutivos y se convirtió en campeón americano cuando se le da la oportunidad, el ataque se ajusta a Diego Forlán y Edinson Cavani un tridente mortal en la caída del Celestial por la forma en que entró el mundo.
La salida de ‘Cachavacha’ Forlán de la selección, se realizó a los dos recién llegados en la localidad uruguaya de Salto en 1987, de acuerdo con un doblete que también era de su época: entre ambos marcaron 127 goles con la camiseta celeste. Sabes que si una adolescente dio sus primeros pasos en la formación nacional es porque Suárez tiene desde ese momento una condiciones excepcionales y un amor propio impresionante. «El día que venga me habré ido por última vez con la selección de mi país. Es algo que acabo de pensar, acabo de analizar. «Es el momento adecuado».
Con estas palabras, Suárez sorprendió el pasado 2 de septiembre en una conferencia de prensa realizada en el Estadio Centenario, anunciando que su partido número 143 con la selección también sería el último. También asegura que caminará con la tranquilidad de hacer todo lo que hace por la selección y sin reprochar nada, al momento de la inscripción, cuando un niño sonaba con el defensor de la Celeste y utiliza el dorsal 10 de Enzo Francescoli.
Y luego el 9 tuvo el dorsal con la marca 69 durante más de 11.191 minutos disputados con la selección, y el 10 aprovechó la jornada que saltó al campo por primera vez. Fue el 7 de febrero de 2007, cuando Uruguay de Oscar Washington Tabárez victoria por 1-3 contra Colombia con dos goles Sébastien Abreu en un disputado amitoso en la ciudad de Cúcuta. Ese día, «el Pistolero» estaba con tarjeta roja.
Han pasado 17 años, seis meses y 28 días desde que Suárez entretuvo a los centenarios de la afición uruguaya, durante su carrera a nivel de clubes donde se crió con los holandeses. Groningen y Ajax, Liverpool inglés, Barcelona y Atlético de Madrid españoles, Nacional uruguayo, Gremio brasileño e Inter Miami estadounidense. Siempre acompañado de una familia que registró cada uno de sus goles, el atacante se convierte gran figura de la Copa América 2011, donde la Celeste se llevó el trofeo hace 16 años sin poder hacerlo.
Un año antes, destacó por primera vez en el mundo y vendió a uno de los jugadores que marcó el torneo que se disputó en Sudáfrica. cometer un penalti contra detener con sus manos otro oponente. Ese día abandoné el campo de Llorand y de inmediato celebré el fracaso que había permitido a Uruguay avanzar y meterse en el medio. cuatro mejores del mundo por primera vez en 40 años.
Cuatro años después, Suárez, que también supo llevar las manos como transportista en diversas prácticas, vendió una increíble recuperación y uno de los partidos más registrados con la Celeste. Poco después de operarse de meniscos debutó en la Copa Mundial de Brasil Y los marcaron dos tantos en Inglaterra por la victoria de Uruguay por 2-1. Hoy el italiano Giorgio Chiellini fue mordido y abandonó el torneo y sufrió una suspensión para más partidos. Cuando regresaste, jugué y caminé contra Brasil.
Con el paso de los años, los goles y los ovación siguió y el Centenario se llenó de fanáticos con el 9 de Suárez en la camiseta. Ahora el último de los campeones de América en 2011 que defendió a la Celeste dijo amigos y no tuvo tipos de la afición uruguaya ajenos al goleador histórico con uno de sus eternos ídolos.