el rostro de Ana Peleteiro Reveló el engaño que había supuesto para que ella pudiera escapar del tren de las medallas en la final de París, un tren que se podía sufrir perfectamente. Porque el triplista gallega estuvo acampado en Europa durante dos meses en Roma con un salto de 14,85, una distancia con la que se acerca a nada de la medalla de plata. Y había una gran barra en la que se fijó ese mismo año el podio, a 14,67 metros de la estadounidense Jasmine Moore, que Peleteiro sabía perfectamente que estaba en piernas. Por eso, al pasar el pasillo de saltos con un mejor registro de 14.59, la cabeza del atleta español daba vueltas con una sensación de oportunidad perdida. Es un último barato para ser uno de los Juegos Olímpicos y más abierto desde el principio tras la intervención de Yulimar Rojas, líder indiscutible de la especialidad que, en París, no estuvo en condiciones de verse tocado por una lesión en el tendón de Aquiles. .
“Esta final ya me dio trabajo agrícola, porque el salto de bronce lo sostuvo en las piedras”, admitió el alumno de Iván Pedroso, que quedó más a menos en la final. Si dans la perspective, dans la qualification, j’ai ressenti des sensations magnifiques lors du classement à la première place avec 14,36 et j’ai rejoint une étoile – « comme Taylor Swift au Bernabéu », ponctuellement –, dans la finale très bien. Así se desarrolló la competición en el centro de la ciudad y con un salto de 14,55 metros, que conformó una interesante primera lista. Fue una buena carta de presentación respecto a sus principales rivales.
El problema llegó rápidamente. Y cuando Thea Lafond estaba a 15 metros, el oro era inalcanzable. En realidad, entendió que Peleteiro había sido reivindicada, que su visión insistía en que se comprometiera a ganar los 15 metros y que tenía capacidad para hacerlo. Pero esta parte no se cumple. Durante la segunda tanda de quinta caminata saltó y, aunque sus sensaciones no fueron malas, no pudieron estar más por todos lados. Y en la segunda parte de la competición nada funcionó, ni la motivación, ni tu valentía, ni tus charlas con Pedroso, que iba de corregirla. “No, se enteró de cómo creo que me voy a encontrar después del calentamiento. Mírame, está desenfocado”, admitió el triplista español.
Sin respuesta
Ella insiste. “Vamos hostia”, gritaba, y mantenía la mirada felina de ocasiones especiales, pero el gran salto no llegaba. “Lo vas a hacer, lo vas a hacer”, insistió, pero ya no quedan estos 14,59 que se convirtieron en un muro para el triplista gallega. Si las cosas no iban bien, tras el tercer salto fueron a peor. Acércate al amante y la pista se vuelve más complicada para las volteretas. Pasaron el rodillo, pero no había dinero para que Peleteiro se incorporara a la competición.
El caso es que para los círculos donde deben estar sobre sus pilares, la intención es el impulso por encima de los 14,67 metros, hasta que no pasa nada. La sensación de entrar con menos velocidad, con menos comodidad en la mesa de batie, y cuando el sexo intencionado vuelve a ser corto, tu engaño fue tal vez. Si en Tokio exploró la felicidad a través del salto, también lo salvó un gesto resignado ante el público que paró el nuevo Stade de France y que sigue con él, y después de haber aprendido a recibir el abrazo y el consuelo de su marido, Benjamín. Compaoré, en primera fila.
Pero no estaba acostumbrado a consultar una saltadora que es un generador que hace grandes cosas y aún no ha aparecido. Durante el verano de su marido, hubo un momento en el que lo sintió como un milagro perdido, pensando que era una oportunidad perdida de convertirse en una doble medalla olímpica. Pero en este caso es por eso que transcurrieron dos meses con la autoridad total del campista de Europa consiguiendo su récord de España, y Peleteiro tuvo que recuperar sensaciones y, en su mayor competición en aquel tiempo, alcanzó los 26 centímetros. grueso. Marca que tienes el título continental.
Oro para Dominica
La nueva campeona fue Thea Lafond, que fue la misma que logró un rato antes de la final de los 100 metros femeninos, pasada en la historia de París 2024. Tras conquistar la presea dorada en la prueba de salto triple femenino, Dominica ganó la primera. Medalla olímpica en la historia de tu país.
Desde su debut en Atlanta en 1996, Dominica ha enviado 20 atletas a los Juegos Olímpicos, pero esperó 28 años para ganar su primera medalla. Lafond fue coronado por la ganadora de Tokio 2020, Yulimar Rojas, y en una noche histórica, las delegaciones que formaron parte de este grupo de 86 países que nunca se habían jugado un podio olímpico para el atleta y también para los grandes, con dos oros en el atletismo.